martes, 20 de septiembre de 2011

Enclave "B"

The Sherlock Cools inicia su trayectoria aludiendo a otra imprescindible, la del genio español de la Alta Costura de todos los tiempos: Cristóbal Balenciaga, quien estrenase hace tan sólo tres meses en Guetaria (Guipúzcoa), ciudad germen de su historia inmortal, la lámpara mágica que muchos sueñan con frotar.

El museo, un zurcido de modernas y tradicionales arquitecturas, como son el Palacio Aldamar y el edificio diseñado por Toño Foraster y Victoria Garriga (del estudio de arquitectura AV62), constituye en sí un perfecto juego de líneas y curvas nacidas para mezclarse y encajar, y ser para los visitantes y la propia colección como un inmenso y diáfano traje con el sello Balenciaga. Hasta el mínimo detalle ha sido minuciosamente meditado, todo es coherente con la filosofía creadora del diseñador, incluso el outfit de sus empleados, basado en un patrón original con rayas y sin mangas que Igor Uría Zubizarreta, el conservador del Museo, ha transformado en un vestido con mangas japonesas, lazo rosa fucsia y cuello Balenciaga.

 La “Experiencia B” se ciñe al patrón. El visitante actúa cual somelier, catando la más selecta y cuidada colección de licores etiqueta negra Balenciaga (Comienzos, Día, Cóctel, Novias y Esencial), intuyendo cada uno de sus ingredientes (siluetas, mangas, cuellos...) y saboreándolos para captar la textura de la reverencia exquisita. Y es que el coutourier transgredía a menudo las leyes absolutas de la moda para después retornar a ellas y conseguir siempre patrones perfectos, haciendo habitables las creaciones más inverosímiles.

Puntadas visionarias se desvelan en los ‘trapos’ que transformaba en auténticas joyas de expositor: vestidos Infanta, babydoll, tipo saco o fieles a la línea tonneau (barril), siempre complementados con cuidados y sofisticados  tocados y sombreros que, sin embargo, nunca restaban protagonismo a los trajes.  Instaurador de una nueva silueta femenina, prestidigitador de una revolución hacia una mayor fluidez y  movimiento, atrevido pero exquisito,  eterno costurero de la libertad y la disgresión.


Tal es el fenómeno Balenciaga surgido a raíz de la creación del museo, que han ido floreciendo diversas exposiciones vinculadas a la obra y figura del diseñador. Entre ellas: “Mirar y Pensar Balenciaga”, una selección de 60 fotografías de Manuel Outomuro de las creaciones que se exhiben en Guetaria, recientemente inaugurada en las Salas Boulevard de San Sebastián; y “Euskadi sabe a Moda”, hasta el 30 de septiembre en la AlhóndigaBilbao, que alberga 12 creaciones inspiradas en Cristóbal Balenciaga, con diseños de Ion Fiz o Miriam Ocariz, entre otros. Bienvenida sea la Hora B...

1 comentario:

  1. Tenía curiosidad por pasarme por el museo desde hace tiempo, pero tu post me ha dado más ganas todavía! Adoro sobretodo al Balenciaga de los 60, y ese margen estudiado que dejaba entre la prenda y el cuerpo, como si tuviese vida propia.
    Te sigo, nos vemos mañana en el Daisy!

    http://asummerinswanage.blogspot.com/

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